<<<EN VIVO
Marcelo fue testigo del primer milagro de ‘San Carlo Acutis’: «Esto marcó mi vida y mi ministerio para siempre»

Vivió de cerca o al menos así lo asegura lo que muchos califican como la "sanación milagrosa" del pequeño Matheus, un niño brasileño que sufría de páncreas anular, una rara enfermedad congénita. Además, fue quien presentó ante el Vaticano la primera causa de beatificación de Carlo Acutis

La foto de un niño con mochila blanca y peinado alborotado preside el Vaticano. Es 7 de septiembre y la Iglesia Católica santifica a Carlo Acutis, el influencer de Dios, un adolescente muerto en 2006 con 15 años, a causa de una leucemia, que dedicó su vida a propagar su fe a través de internet. La escena es más insólita todavía porque a los pies de la imagen está Antonia Salzano, vestida de puro negro y con mantilla. Es la segunda madre de la historia que presencia la canonización de su propio hijo, después de Asunta Carlini en 1950. Viven otros muchos familiares de san Carlo Acutis. Incluso el párroco que presenció uno de los dos milagros que la Iglesia le reconoce y que, paradójicamente, se produjeron años después de la muerte del joven.

Se llama Marcelo Tenorio, religioso de la archidiócesis de la ciudad de Campo Grande, en el estado brasileño de Mato Groso do Sul. Habla con Crónica, sin ápice de escepticismo: «He presenciado muchos testimonios de fe, pero nunca algo con tanta claridad, avalado por la medicina y reconocido por la Iglesia. Fue único e impactante». Presenció de cerca la curación del pequeño Matheus, el primer milagro atribuido a Carlo Acutis, y además participó como vicepostulador en el proceso de su beatificación. «Para mí es un misterio de la gracia. Lo acompañé de cerca, vi el dolor y vi la transformación».

Marcelo decidió dedicarse a la divulgación de la vida de Carlo en todo Brasil desde 2011, pero no fue hasta 2013 cuando viviría la experiencia que marcaría su vida. Fue un domingo por la mañana cuando apareció Matheus Vianna, de 3 años, quien padecía una rara enfermedad congénita conocida como páncreas anular, es tan peculiar que afecta solo de 5 a 15 bebés por cada 100.000 nacimientos. Esta afección impide el paso de alimentos hacia el estómago, lo que muchas veces termina en obstrucción intestinal. Esto provocaba que Matheus vomitara todo lo que comía. «Convivía con dolores fuertes y limitaciones desde que era un bebé. La familia ya había buscado tratamiento durante algunos años, pero no había perspectiva de cura», asegura Marcelo.

Cada día que pasaba, el pequeño se encontraba más débil, pero darse por vencido no era una opción para la familia Vianna. El 12 de octubre de 2013, Matheus asistió junto a sus abuelos y mamá a una misa ofrecida en la capilla Nuestra Señora de Aparecida. En el momento de la bendición el niño, guiado por su abuelo, habría pedido a la reliquia de Acutis dejar de vomitar. Y así, dicen, sucedió. «Fue casi inmediato. Justo después de recibir la bendición y tocar la reliquia de Carlo, los síntomas desaparecieron. Fue a partir de ese gesto de fe, vinculado al joven beato, que ocurrió la curación. Por eso, no hay duda de que la intercesión fue de él», afirma el sacerdote y refrenda el Vaticano.

La familia Vianna, en febrero de 2014, realizó nuevos exámenes para constatar qué fue lo que realmente sucedió y cómo el pequeño se curó de un día para otro. Los análisis reafirmaron que Matheus estaba completamente sano. «Se confirmó que la enfermedad había desaparecido, sin explicación científica. Ni los médicos pudieron justificar lo ocurrido. Dijeron que no había ningún registro científico de una reversión espontánea de ese tipo. Ellos mismos avalaron que solo podía tratarse de algo sobrenatural», dice Marcelo.

El padre Marcelo Tenorio no dudó en impulsar que esta causa llegara hasta el Vaticano. Como testigo de primera mano de esta historia, se presentó como vicepostulador. De hecho, este fue uno de los factores por los que beatificaron a Carlo Acutis, pero no el único. Se envió a la Congregación para las Causas de los Santos. El Vaticano estableció un Tribunal de la Archidiócesis para analizar el caso del niño brasileño. Pero esta investigación no fue un proceso sencillo. Las indagaciones son, en apariencia, rigurosas: se necesitan testimonios, pruebas médicas. El «milagro» fue reconocido oficialmente el 14 de noviembre, completando así el proceso de reconocimiento del 'Santo Millennial'. Se paralizó tras la muerte de Francisco, pero Leon XIV lo reimpulsó nada más asumir el papado.

Tras la inédita recuperación de Matheus, la capilla de Nuestra Señora de Aparecida adquirió un nuevo título: la Capilla del Milagro. Y se convirtió en un icono en todo Brasil, según cuenta el padre Marcelo. «Campo Grande se volvió un gran centro de peregrinación. Personas de todo Brasil vienen a conocer la capilla. Esto trajo esperanza, fortaleció la fe e hizo que nuestra comunidad fuera reconocida internacionalmente». El furor es tal que se convertirá en el primer Santuario Arquidiocesano dedicado al nuevo santo.

No es el único milagro que le atribuyen. Valeria Valverde también asocia su inexplicable sanación a Carlo. La joven costarricense, que estudiaba Fashion Business en Florencia, cayó de su bicicleta, lo que le provocó un trauma craneal severo, el 22 de julio de 2022. El accidente fue tan grave que los médicos no le daban más de 36 horas para evaluar si Valeria tenía muerte cerebral.

Su madre, Liliana Valverde, hizo la última cosa que le quedaba por hacer: pedir un milagro. Tomó un bus de más de tres horas, desde Florencia hasta Asís, Italia, para rezar ante la tumba de Carlo. Según cuenta, estuvo unas cuatro horas frente al sarcófago pidiendo por la salud de su hija. Después de varios días, los médicos confirmaron que su cerebro estaba totalmente desinflamado: contra todo pronóstico, se había recuperado.

Hoy, Matheus y Valeria tienen 15 y 22 años. «Matheus es un chico especial, sin ninguna secuela de la enfermedad. Estudia, vive con su abuela Solange y su hermano Ângelo», dice Marcelo. Valeria también está completamente sana y lleva una vida normal. Y Carlo es san Carlo Acutis, el santo millennial.

Vía: El Mundo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *