Una rosa junto al cuerpo: violencia simbólica que estremece a migrantes venezolanos
Valeria Andreina Suárez caminaba por Las Retamas cuando dos hombres en moto la interceptaron. Sin mediar palabra, dispararon veinticinco veces y huyeron rápidamente.
La escena quedó marcada por una rosa roja colocada junto al cuerpo. Ese detalle, según la policía, podría ser una firma de sicarios criminales.
Vecinos de San Juan de Miraflores escucharon los disparos, corrieron a la calle y vieron cómo los atacantes se perdían entre la oscuridad del barrio.
Aunque la víctima de violencia simbólica era venezolana, el impacto del crimen cruzó fronteras. La comunidad migrante exige justicia y mayor protección en zonas vulnerables.
Familiares llegaron horas después, visiblemente afectados. Prefirieron guardar silencio mientras los agentes acordonaban el área para iniciar las investigaciones.
La policía encontró más de quince casquillos en el pavimento. El patrón del ataque sugiere un ajuste de cuentas entre bandas delictivas.
Violencia simbólica en aumento: la rosa como firma de muerte
La rosa junto al cuerpo de Valeria Andreina Suárez se convirtió en símbolo de una violencia simbólica que ya no distingue nacionalidades ni contextos sociales.
Los residentes denunciaron que la zona se ha vuelto peligrosa. Robos, extorsiones y asesinatos ocurren con frecuencia, sin respuesta efectiva.
Autoridades peruanas prometieron reforzar la seguridad, pero los vecinos exigen acciones concretas y vigilancia constante en los puntos más críticos.
La historia de violencia simbólica de Valeria refleja el riesgo que enfrentan miles de migrantes. Su muerte expone una realidad que muchos prefieren ignorar.
El crimen no solo arrebató una vida, también dejó una marca emocional profunda en quienes luchan por sobrevivir lejos de su país.
La rosa, símbolo de amor y belleza, fue usada como firma macabra. Esa contradicción sacudió a quienes presenciaron la escena.
La violencia simbólica que representa esa flor exige reflexión. ¿Cuántas muertes más se necesitan para que las autoridades actúen?
Valeria Andreina Suárez no será olvidada. Su historia debe convertirse en llamado urgente para proteger a quienes viven en vulnerabilidad.
Vía: RDN



