El presidente Donald Trump sorprendió al anunciar un arancel a películas extranjeras del 100%. La medida busca fortalecer la industria estadounidense, aunque ya genera polémicas globales.
Según Trump, los países que ofrecen incentivos a productoras internacionales representan una “amenaza a la seguridad nacional”. Por ello, se instruyó al Departamento de Comercio a iniciar el proceso para el arancel.
El mandatario afirmó que Hollywood atraviesa “una fase de decadencia rápida” y que estas políticas pretenden reimpulsar la producción de cine dentro de territorio estadounidense.
El sindicato Bectu en Reino Unido advirtió que los aranceles pueden golpear a miles de trabajadores. El país es uno de los principales receptores de rodajes.
La incertidumbre también alcanza a plataformas como Netflix, Disney+ y Amazon Prime Video. No está claro si las películas transmitidas por streaming quedarán sujetas a estas restricciones y al arancel a películas extranjeras.
Ejecutivos de la industria cuestionan cómo se determinará si un filme es realmente estadounidense. En muchos casos, el rodaje y la financiación provienen de varios países distintos.
Los costos crecientes de Hollywood llevaron a que grandes producciones se filmaran en Reino Unido, Canadá o Nueva Zelanda. Allí existen equipos técnicos calificados y beneficios fiscales atractivos.
Entre los ejemplos figuran “Barbie”, “Gladiator II” y partes de la saga “Misión Imposible”. Todas fueron desarrolladas por estudios de EE.UU., pero rodadas fuera del país.
Analistas advierten que el arancel a películas extranjeras podría generar represalias. Varios gobiernos ya evalúan aplicar impuestos similares contra producciones estadounidenses, afectando sus ganancias en mercados clave.
Críticos sostienen que la medida de aplicación de arancel a películas extranjeras puede provocar más daños que beneficios. Sin embargo, Trump insiste en su lema: “Queremos películas hechas en Estados Unidos otra vez”.
Vía; RDN Red Digital Noticias



